El
temor: La definición del
diccionario dice y cito: “sentimiento
de inquietud y miedo que provoca la necesidad de huir ante alguna persona o
cosa, evitar o rechazarla por considerarla peligrosa”. Entonces podemos decir
que el temor es un sentimiento, una emoción humana que puede ser una fuerza
negativa y destructiva, cabe destacar que sentir temor no es malo, todos en
algún momento lo hemos sentido. ¿Cierto? Es más a veces el temor es positivo y puede librarnos de
algunas cosas. Pero bajo la temática que nos compete y nos aborda, el temor es
un sentimiento negativo que nos paraliza y no nos permite avanzar en nuestro
camino a la Conquista.
(Números 13: 27-28) 27 Y les contaron, diciendo: Nosotros llegamos a
la tierra a la cual nos enviaste, la que ciertamente fluye leche y miel; y este
es el fruto de ella.
28 Mas el pueblo que habita aquella tierra es
fuerte, y las ciudades muy grandes y fortificadas; y también vimos allí a los
hijos de Anac.
Los espías sintieron temor de enfrentar los gigantes (el reto) que
tenían que vencer, por esa razón nunca pelearon y tampoco entraron a la tierra
prometida. (Proverbios
29:25) 25 El temor del hombre pondrá lazo; Mas el que
confía en Jehová será exaltado.
El
miedo es un instrumento destructor para nuestro avance, ya que nos paraliza y
hace que nos apeguemos a nuestro estado o condición actual por temor a lo
desconocido.
Cuando
estamos bajo la influencia del temor nos estamos castigando a nosotros mismos
“auto-castigando”. La palabra de Dios declara que la fuerza vital que
necesitamos para vencer el temor es el Amor.
(1 juan
4: 18) 18 En el
amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor; porque el
temor lleva en sí castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el
amor.
Ejemplo,
conozco una madre joven que les tiene cierto temor a los perros. Un día su
pequeña hija salió a jugar, en ese momento, un perro de la calle que estaba
suelto comenzó a ladrar a la pequeña niña, la madre rápidamente, salió al
encuentro de su pequeña niña colocando la
niña detrás de ella, para defenderla de los ladridos feroces de aquel
perro. La pregunta es ¿Por qué lo hizo, si ella les tiene temor a los perros?
La respuesta es simple, por amor, ella no midió la consecuencia, no pensó si
resultaría herida, solo lo hizo para proteger y no perder a alguien que ama.
Si sientes temor de hacer algo y te sientes paralizado
ante esa situación, es porque en la balanza, aún el nivel del temor es más
grande que el nivel de amor, la palabra dice no ha sido perfeccionado en el
amor.
De manera que cuando amamos algo o a alguien, el temor
es disipado y seremos osados para conquistar nuestro monte.
Pues cuando amamos algo, aunque sintamos temor, el
impulso de tenerlo, de lograrlo, es más grande que nuestro temor, por
consiguiente aremos lo necesario para conquistar nuestro monte, aún con ciertos
temores.
Este artículo está protegido por los derechos de autor y es parte del libro El Camino a la Conquista autor Eliezer de Jesus.
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